domingo, 18 de noviembre de 2012

Las aves del cerro El Paraíso

***SNN



 
Eufonia coroninaranja. Este ejemplar es macho. Su nombre científico es Euphonia saturata.Eufonia coroninaranja. Este ejemplar es macho. Su nombre científico es Euphonia saturata.
 
Las hay de diversos colores. Rojas, amarillas, anaranjadas, azules, negras o combinadas. Unas son especies endémicas y otras, introducidas. Son las aves que habitan dentro de las 299 hectáreas del Bosque Protector Cerro El Paraíso, ubicado entre las ciudadelas El Paraíso y Bellavista y la calle Barcelona.


La fauna aviar ha sido motivo de estudio por el biólogo marino Fernando Félix, quien ha recopilado información sobre esta diversidad en un libro, cuya versión digital está disponible sin costo con la finalidad de promover la conservación de este bosque seco.


En el 2007, previo a la elaboración del Plan de Manejo en esta zona por el Municipio de Guayaquil, se identificaron 32 especies de aves, pertenecientes a 17 familias taxonómicas.


Pero el autor del libro, titulado Aves del Bosque Protector Cerro El Paraíso, en los monitoreos realizados durante casi un año en los diferentes ambientes de este Bosque Protector, incluyendo los cerros dentro de la Base Naval San Eduardo, descubrió otras 56 especies de aves terrestres y 11 especies de aves típicas de manglar. Entre ellas, el hornero del Pacífico, el vaquero brilloso, la golondrina azuliblanca, el martín pescador verde o la fragata magnífica.


La extensión de este bosque se ha reducido con el tiempo, ya que inicialmente tenía 420 hectáreas. Félix señala en su publicación que se ha registrado lo que se llama un “fraccionamiento de hábitat”, pues se ha perdido la conexión con la cordillera Colón-Colonche.

Ya no hay monos ni venados. Ahora viven el zorro común, ratones, ardillas, iguanas, lagartijas, culebras, sapos y ranas. Entre la aves rapaces que se pueden encontrar están el caracolero, dorsigrís y gris y los halcones cazamurciélagos y reidor. El loro aliblanco, de la región amazónica, parece haberse adaptado, menciona.

El biólogo ecuatoriano, que inició su investigación en diciembre pasado, destaca el ecosistema de este bosque seco tropical que se caracteriza por periodos de lluvias cortos pero intensos y periodos secos de hasta diez meses.


Esto provoca cambios drásticos en su paisaje. De muy verde, tupido e impenetrable (enero-abril) a un café deslucido, con árboles sin hojas y matorrales que parecen muertos (a fines del año).

Recalca que se deben realizar todos los esfuerzos para proteger esta zona que en 1989 fue declarada Bosque Protector y que hoy está amenazada por los incendios forestales, en particular en época seca; el crecimiento urbano, la extracción de piedra en el cerro San Eduardo y la tala de árboles.




En el 2001, el Ministerio del Ambiente delegó 63 hectáreas del Bosque Protector Cerro El Paraíso a la administración y custodia a la Armada del Ecuador y al Cuerpo de Infantería de Marina de la Base Naval Sur.


Aunque las acciones de conservación, investigación y gestión deben ser coordinadas por esta Secretaría y el Municipio de Guayaquil. Ahí hay un remanente de dos hectáreas de manglar donde se pueden observar aves como las garzas, clarinegro colilargo, ibis blanco, entre otras, que lo utilizan para el forrajeo y el descanso.


El Municipio de Guayaquil elaboró en el 2007 un Plan de Manejo para conservar, restaurar y manejar la flora, fauna y suelo del bosque seco tropical. En el 2009, el Ministerio del Ambiente aprobó el Plan de Manejo del Bosque Protector Cerro El Paraíso y, mediante el Acuerdo Nº 124, de ese mismo año, entregó su ejecución y seguimiento al Cabildo.

En el plan hay tres zonas de manejo: una de protección permanente, una zona de plantaciones y restauración ecológica y una de uso múltiple. Sin embargo, los esfuerzos, dice el investigador, han sido pocos.


Félix añade que este plan no contempla todas las acciones de conservación, por lo que debería ser actualizado. Una de sus sugerencias es la instalación, en la parte alta del cerro, de reservorios e hidrantes en diferentes partes del bosque que permitirían controlar los incendios forestales, la principal causa del deterioro del bosque.

“Los bomberos no pueden subir con sus máquinas porque cargar agua hasta arriba resulta muy pesado”, comenta.

Otra de sus propuestas es la de consultar a quienes viven alrededor de este bosque y crear parques lineales, en la parte baja del cerro, que contribuiría a que sea visitado por la ciudadanía y, adicionalmente, serviría como una barrera de protección para evitar su deterioro.

La variedad de pájaros también podría ser explotada turísticamente. Según el biólogo, si se acondicionan zonas para la observación de aves puede resultar interesante.


Félix señala que el Municipio también puede tomar acciones al margen del Plan de Manejo. Para él, la extracción de piedras en el cerro San Eduardo es mucho más preocupante que la tala de árboles que es mínima.


El investigador plantea en su libro la necesidad de que las autoridades tomen acciones inmediatas para no perder uno de los pulmones de la ciudad.

No comparte la queja de algunos ciudadanos de que no hay áreas verdes en la ciudad. “Tenemos manglares en el sur y el oeste. Tenemos bosques secos en la ciudad, pero parece que nadie los ve”, dice.

Félix espera que su libro pueda ser utilizado como material de consulta de estudiantes, universitarios y una herramienta que oriente a las acciones que se puedan tomar para la preservación de este bosque.


99
Especies
De pájaros están registradas, al momento, en el Bosque Protector Cerro El Paraíso y que pertenecen a 38 familias diferentes.




Fuente: EL UNIVERSO*

 

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