domingo, 18 de noviembre de 2012

Ecuatorianos en Barcelona gritaron "sí se puede" mientras Correa rendía cuentas

***SNN




Barcelona (España).- Cerca de cuatro mil compatriotas fueron llegando de todos los sectores de Cataluña hasta el recinto denominado Centro de Convenciones Internacional de Barcelona.
 
 
 
Pocos minutos después las presentaciones artísticas ecuatorianas dieron paso a la llegada del Presidente de la República Rafael Correa, en medio de un cariñoso tumulto.
 
 
 
“Sí se puede, sí se puede” se escuchaba fuerte y claro, como en un estadio, como si después de una década revivieran los momentos más gloriosos del Ecuador cuando, en medio de una siempre golpeada autoestima, fuimos testigos de haber llegado por primera vez a un Mundial de fútbol e inyectamos una dosis de optimismo que marcó la sociedad ecuatoriana con el “sí se puede”.
 
 
 
Y al parecer, cumplir las metas es el núcleo del grito que ahora resuena en Barcelona ante la presencia del Primer Mandatario, en un auditorio donde rindió cuentas a sus mandantes que residen en este país, hasta donde llegaron miles de ciudadanos tras la crisis bancaria del Ecuador de 1999, cuyo impacto –incluso- determinó el cambio de moneda en el país.
 
 
 
¿Qué hace que miles de ecuatorianos griten “sí se puede” antela figura de un Presidente? Las razones se explican en la minuciosa y detallada información que el propio Rafael Correa dio ante los compatriotas, que abarcó varios aspectos de índole económica, social, productiva y básicamente, cómo Ecuador ha logrado ir mejorando en su camino hacia la transformación de las relaciones de poder.
 
 
Este concepto ha permitido una correcta renegociación de la histórica deuda externa, que el riesgo país, la macroeconomía y las recetas del Fondo Monetario den paso a la prioridad del ser humano antes que al capital, que en 2016 se tenga la posibilidad de exportar energía, que se estén construyendo 8 hidroeléctricas, la Ciudad del Conocimiento, las Escuelas del Milenio, la renegociación de los contratos petroleros, una adecuada recaudación tributaria, y decenas de otros aspectos. Y los compatriotas lo saben, y por eso gritan a cada momento, “Sí se puede”.
 
 
 
“El fin de la economía es la gente”, dijo el Presidente en medio de la algarabía nacional en la península Ibérica, a quienes agradeció por su colaboración en momentos duros y trágicos que los desplazaron hasta Europa y no olvidaron a su patria.
 
 
 
“Ya hay oportunidades, ya hay una patria de todas y todos”, recordó y puso mucho énfasis en aquello de “que nos roben todo, menos la esperanza”. Criterio que fue compartido por Ney Rivadeneira, que se encuentra hace diez años aquí en Barcelona y espera poder regresar a su Guayaquil, “Sí se puede, reconozco que ha hecho muchas cosas que ha hecho para quienes estamos afuera, se puede el cambio y el progreso, se lo ha visto”, dijo.
 
 
 
Javier Alonso, oriundo de Portoviejo aseguró también que “la esperanza y la confianza, la gente la tiene acá y allá (…) la voluntad que tiene él lo transmite a uno”, acotó mientras se acercaba Jorge, un anciano catalán, quien deseaba mandar saludos a una familia en Quito. Y así lo hizo, y explicó que ha ayudado a varias personas de Ecuador y por eso es padrino de matrimonio de una familia quiteña Núñez “mandarles un saludo y que los quiero mucho”, dijo sollozando.
 
 
 
Al final, algunos hablaban de cuatro y hasta cinco mil personas en el recinto. El “Sí se puede” dio paso entonces a canciones emblemáticas como “A mi lindo Ecuador” o “Tejedora manabita” y al festejo nacional en una tarde catalana, una profunda mezcla de optimismo, nostalgia y esperanza. 
 
 
 

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