La impunidad marca los hechos violentos alrededor del fútbol


Cinco meses después de que el oficial de Policía Jefferson Burgos fuera herido por un hincha del fútbol, la Justicia todavía no determina quién fue su agresor.

La noche del 19 de mayo, tras el juego entre Barcelona y Macará, en el estadio Monumental, el uniformado y sus compañeros acudieron cerca de allí, al puente de la 17. Hinchas amarillos protagonizaban incidentes.


Cuando trataron de controlar el hecho, el gendarme fue impactado con una piedra en la cabeza.

Entonces fue operado para colocarle una platina y, luego, para reconstruirle el rostro, pues al caer se golpeó la cara contra la acera. En este proceso, el oficial ha visto cómo su caso va camino a la impunidad.


 El 15 de octubre, el juez primero de Garantías Penales del Guayas, Enrique Rodríguez, dictó sobreseimiento definitivo en favor de los 29 hinchas investigados en este caso.

El fiscal Kléver Beltrán presentó dictamen absolutorio, aunque la causa por tentativa de asesinato continúa abierta.


Héctor Vanegas, abogado de los hinchas, quienes dicen ser inocentes, anunció el inicio de una demanda contra el Estado.

La causa: presuntos errores judiciales y abuso de poder, al considerar que sus defendidos fueron aprehendidos y “encarcelados injustamente”.


El domingo, un nuevo caso empañó un encuentro deportivo.

En el cantón Durán (Guayas), el cuerpo de Michael Murillo, hincha del Barcelona, era velado por sus familiares. Un adhesivo que dice “Socio Barcelona” fue pegado en la casa del joven, que murió con un tiro en la cabeza, horas antes del Clásico del Astillero.

En la mañana llegó el féretro a su vivienda, en la ciudadela Los Helechos. Entre llantos y con pocas ganas de hablar, la familia veló al hincha de 20 años. Hasta entonces no llegaba ninguno de sus amigos con quienes se encontró en el puente de Durán, donde recibió el disparo en la cabeza.

Según su padre, George Murillo, el joven no pertenecía a la Sur Oscura de Barcelona e insistió en que “esperamos que se haga justicia con el crimen de mi hijo”.

Los casos violentos que terminaron en muertes de los aficionados están en la impunidad.


Un informe oficial señala que en el país, desde el 2007 hasta el momento, cinco hinchas han fallecido: dos dentro de estadios y tres en sus exteriores. En ninguno de estos casos hay sentencias.

Según informes del Ministerio del Interior, en los encuentros realizados desde el 2007 se han presentado, además, 74 detenidos, 46 heridos y 20 personas han sido identificadas como ‘peligrosas’ y no pueden ingresar a los estadios del Ecuador.

Las provincias de mayor conflictividad son Guayas, Pichincha, Loja, Manabí, Chimborazo, Los Ríos y Tungurahua.


En Guayaquil, un incidente que conmocionó fue la muerte del niño Carlos C. Él fue impactado por una bengala que aparentemente se lanzó desde el sector de la barra Sur Oscura, antes de un clásico, el 16 de septiembre del 2007.


En ese entonces se detuvo a Marcos R., integrante de la barra amarilla, acusado de supuestamente ser quien lanzó la bengala, según versiones recogidas por la fiscal Miriam Rosales.


La Justicia dictó instrucción fiscal en su contra e inculpó a Luis M., Byron E., y Manuel C.

Pero luego de 16 meses, Marcos R. recuperó su libertad y se levantó la orden de prisión que pesaba sobre los otros sospechosos.


En mayo del 2008, los familiares del menor iniciaron una demanda de USD 5 millones en contra del club. Ayer se conoció que el proceso continúa.


La muerte de Geovanny R. tampoco se aclara. Este hincha barcelonista, de 28 años, aparentemente murió tras una agresión luego del partido ante Liga de Quito, en el Monumental.

Pese a la denuncia de Eva D., su madre, aún no existe sentencia ni detenidos. La agresión, presuntamente, se produjo como una forma de venganza por el robo de una camiseta gigante de la barra de Emelec en el estadio Capwell.


David Baquerizo, presidente de la Comisión de Seguridad de la Aso Guayas, lamentó el hecho del domingo. “Dentro de los estadios no hemos tenido problemas relevantes, pero sí se pueden apreciar algunas modificaciones en la conducta de las barras que ingresan”, señaló el funcionario.



Caso Calvache no se resuelve

La muerte de Cristian Calvache, de 26 años, todavía no se resuelve. Él falleció el 4 de marzo pasado, durante un compromiso que disputó Liga Deportiva Universitaria de Quito contra Emelec, en la Casa Blanca.


A inicios de octubre pasado, el Juzgado Décimo de Garantías Penales de Pichincha dictó el sobreseimiento a favor de Juan A., quien fue aprehendido dentro de las indagaciones del caso.

La fiscal encargada de las investigaciones no acusó al sospechoso, porque indicó que no existen “elementos que lo vinculen” con el asesinato.


Según la Policía, Juan A. fue detenido cinco días después del crimen. Ocurrió en una clínica de rehabilitación. Esto, tras receptar la versión de un testigo que supuestamente lo identificó como posible autor del hecho.


Ayer, Stalin López, abogado del inculpado, señaló que “en las imágenes que captó el sistema de cámaras del estadio y en fotografías se estableció que el protagonista (de la muerte) es otra persona. Los testigos tampoco reconocieron a mi defendido”.


Para Juan Campaña, abogado de la familia Calvache, este caso se ha quedado en la “absoluta impunidad”. Dice que al no establecerse sanciones, la violencia puede continuar en los estadios.

“Al conocer que el aprehendido recibió el sobreseimiento por parte de la Justicia, la familia del fallecido no se ha pronunciado nuevamente sobre el tema”, precisó el jurista.

Hasta el momento, la Policía Judicial no ha detenido a otro sospechoso del crimen del hincha. Esta fue la primera muerte dentro de un estadio, en este año.


Tres sospechosos prófugos

Luego de dos años y cuatro meses, el crimen de David Erazo, de 16 años se mantiene en la impunidad. Él fue asesinado en las afueras del estadio Casa Blanca, después de un encuentro entre Liga Deportiva Universitaria de Quito frente a El Nacional.



Como parte de las primeras investigaciones, la Policía detuvo a un joven de 18 años. La Corte Provincial de Justicia de Pichincha ordenó su libertad debido a que no hubo indicios “claros y suficientes” de la participación del sospechoso en el asesinato.


Los familiares y amigos de David Erazo indican que nadie ha sido arrestado tras el hecho.

A finales de marzo del 2010, el Juzgado Segundo de lo Penal de Pichincha realizó la audiencia de llamamiento a juicio en contra de tres sospechosos.

Según la Fiscalía, testigos identificaron a las tres personas y en la indagación aseguraron que fueron ellos quienes atacaron.


El juzgado dictó la orden de prisión preventiva de los tres inculpados, pero declaró suspendida la etapa de juicio hasta que sean detenidos o se entreguen de forma voluntaria. Hasta ayer su paradero era desconocido.


Allegados a la familia de la víctima señalaron que los padres del joven ya no quieren referirse al tema, porque “nadie les ha ayudado en las investigaciones”.

En febrero pasado, José Erazo, padre del fallecido, solicitó que los tres procesados sean incluidos en la lista de los Más Buscados, pero no hay detenidos.

En la tarde, el Ministerio del Interior confirmó que sugerirá al presidente, Rafael Correa, mantener una reunión con “todos los niveles deportivos”.



Una recompensa

Un fiscal de Menores debía conocer ayer el caso de un menor que fue llevado en la Dinapen, tras los hechos registrados antes del clásico. Los otros 22 retenidos fueron liberados el domingo.

El Ministerio del Interior ofreció una recompensa de USD 5 000 a 20 000 para quien identifique a un hincha del Barcelona que aparece en una foto de Twitter, empuñando un arma. Está dentro del programa de los Más Buscados en Guayas.

En los casos del niño Carlitos, del hincha Marcos R., y el del policía Jefferson B., el Gobierno pidió públicamente una exhaustiva investigación. Pero los resultados han sido escasos. El detenido por la última muerte del fin de semana aseguró ser inocente.



Fuente: EL COMERCIO*