La Asamblea Nacional deberá actuar, en consecuencia, aprobando la ley, derrotando a los entreguistas, banqueros llorones y a los mentirosos.Leonardo Vicuña Izquierdo
Con un capital de $ 2.214, manejan una cartera de $ 15.000, generan utilidades de $ 400 millones, de las que el Gobierno busca financiar $ 122 de los $ 300 millones para el incremento del Bono de Desarrollo Humano. Esto ha provocado una reacción virulenta de banqueros, medios y allegados.
Sin pudor se quejan de que Rafael Correa ha incorporado 700.000 beneficiarios, no obstante haber reducido la pobreza; que el bono beneficia a “vagos”, no podrán capitalizarse, reducirán los créditos, castigarán a sus clientes y se afectará la economía del país. El colmo, amenazan con irse. Poco más y piden que se organice una colecta pública.
Han olvidado su pasado inicuo, el atraco, una y otra vez, de los dineros públicos y el ahorro de un millón de depositantes; la confiscación de Mahuad en 1999, con la que se embolsicaron $ 6.000 millones, que aún paga el pueblo; la estatización de 20 bancos quebrados y la dolarización, con la que afectaron, severamente, sueldos, salarios, aportes al IESS, fondos de reserva, pensiones y el ahorro de un millón de depositantes.
El Gobierno puso freno a tanto abuso, estableciendo topes en las tasas de interés, eliminando comisiones y tarifas abusivas, incautando algunas empresas, creando un fondo de liquidez del 60%, repatriando buena parte del ahorro exportado, normando que los banqueros participen en otros negocios y tengan medios de comunicación. Comenzó a controlar a quienes por décadas manejaron la política económica, dirigieron el Banco Central y los organismos de control.
El Estado estuvo capturado por la banca, a través de los gobiernos, de la partidocracia. Hasta liquidaron la ley del impuesto a la renta para su beneficio y de los grandes empresarios, sus socios. La gran prensa entonces no protestó. Ahora lo hacen, por una migaja, mintiéndole al pueblo, en supuesta “defensa” de los depositantes; ocultando el real alcance de la reforma tributaria, en beneficio de los pobres, víctimas por décadas de los “paquetazos” del FMI y la oligarquía, que ahora busca retomar el poder con su candidato banquero.
El país requiere una banca sana, que estimule el ahorro y oriente los créditos hacia la inversión productiva, con adecuados controles. El Gobierno debe continuar su acción con ese objetivo, aunque lloriqueen quienes han amasado grandes fortunas, sobre la base de malos manejos, especulación y prácticas depredadoras. Se debe seguir aplicando la ley a cualquier costo, recordando el festín bancario, a los banqueros corruptos, sus sueldos millonarios y tantas prebendas.
La banca y el sistema financiero ganan con el actual manejo económico responsable, productivo, soberano, que se practica desde 2007; con un presupuesto al servicio del desarrollo y no de los chulqueros, con la banca pública fortalecida, con el Biess beneficiando a centenares de miles de afiliados, sus dueños; con fuentes alternas de financiamiento externo, con masivas inversiones en infraestructura y políticas sociales que mejoran las condiciones de vida de las mayorías. La Asamblea Nacional deberá actuar, en consecuencia, aprobando la ley, derrotando a los entreguistas, banqueros llorones y a los mentirosos.
Fuente: EL TELÈGRAFO*
Sin pudor se quejan de que Rafael Correa ha incorporado 700.000 beneficiarios, no obstante haber reducido la pobreza; que el bono beneficia a “vagos”, no podrán capitalizarse, reducirán los créditos, castigarán a sus clientes y se afectará la economía del país. El colmo, amenazan con irse. Poco más y piden que se organice una colecta pública.
Han olvidado su pasado inicuo, el atraco, una y otra vez, de los dineros públicos y el ahorro de un millón de depositantes; la confiscación de Mahuad en 1999, con la que se embolsicaron $ 6.000 millones, que aún paga el pueblo; la estatización de 20 bancos quebrados y la dolarización, con la que afectaron, severamente, sueldos, salarios, aportes al IESS, fondos de reserva, pensiones y el ahorro de un millón de depositantes.
El Gobierno puso freno a tanto abuso, estableciendo topes en las tasas de interés, eliminando comisiones y tarifas abusivas, incautando algunas empresas, creando un fondo de liquidez del 60%, repatriando buena parte del ahorro exportado, normando que los banqueros participen en otros negocios y tengan medios de comunicación. Comenzó a controlar a quienes por décadas manejaron la política económica, dirigieron el Banco Central y los organismos de control.
El Estado estuvo capturado por la banca, a través de los gobiernos, de la partidocracia. Hasta liquidaron la ley del impuesto a la renta para su beneficio y de los grandes empresarios, sus socios. La gran prensa entonces no protestó. Ahora lo hacen, por una migaja, mintiéndole al pueblo, en supuesta “defensa” de los depositantes; ocultando el real alcance de la reforma tributaria, en beneficio de los pobres, víctimas por décadas de los “paquetazos” del FMI y la oligarquía, que ahora busca retomar el poder con su candidato banquero.
El país requiere una banca sana, que estimule el ahorro y oriente los créditos hacia la inversión productiva, con adecuados controles. El Gobierno debe continuar su acción con ese objetivo, aunque lloriqueen quienes han amasado grandes fortunas, sobre la base de malos manejos, especulación y prácticas depredadoras. Se debe seguir aplicando la ley a cualquier costo, recordando el festín bancario, a los banqueros corruptos, sus sueldos millonarios y tantas prebendas.
La banca y el sistema financiero ganan con el actual manejo económico responsable, productivo, soberano, que se practica desde 2007; con un presupuesto al servicio del desarrollo y no de los chulqueros, con la banca pública fortalecida, con el Biess beneficiando a centenares de miles de afiliados, sus dueños; con fuentes alternas de financiamiento externo, con masivas inversiones en infraestructura y políticas sociales que mejoran las condiciones de vida de las mayorías. La Asamblea Nacional deberá actuar, en consecuencia, aprobando la ley, derrotando a los entreguistas, banqueros llorones y a los mentirosos.
Fuente: EL TELÈGRAFO*
No hay comentarios:
Publicar un comentario