viernes, 29 de julio de 2011

La gente en moto no mide el riesgo

***SNN



EL COMERCIO*
Las motocicletas predominan en el paisaje urbano de la concurrida avenida 19 de Mayo. Esta es la principal arteria comercial en el cantón La Maná, en Cotopaxi.


Esta zona subtropical es una de las más importantes de esta provincia y de la región, por su producción agrícola y ganadera.


Los conductores de los pequeños vehículos compiten con los choferes de los carros por un espacio de asfalto en esa ancha avenida, que está repleta de almacenes, restaurantes, ferreterías y bares en ambos costados.


Es jueves y desde muy temprano el calor sofoca el ambiente. El correr de los motociclistas es temerario. La mayoría son amas de casa que transportan hasta tres pasajeros sobre la pequeña carrocería. Llevan a sus hijos a la escuela o van de compras a los mercados y ferias cercanas.


También son trabajadores privados, oficinistas y jornaleros. Para muchos las motos, como las llaman coloquialmente, son sus herramientas de trabajo diario.


Por eso, el año pasado la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) matriculó 11 991 automotores. De estos, 5 000 fueron motocicletas. Entre enero y junio del presente ya se registraron oficialmente 3 000 motocicletas.


Paradójicamente, la preferencia de los habitantes por este vehículo no va de la mano con la seguridad. La mayoría no utiliza casco, ni chalecos porque -dicen- les incomoda o por el excesivo calor.


Se desplazan a más de 50 kilómetros por hora. Las autoridades de este cantón, situado a 5 horas al oeste de Latacunga, empezaron a debatir medidas de control más efectivas, especialmente para regular a los menores de edad.


Para Edison Cerna, miembro de la Policía Rural de La Maná, esas acciones son prioritarias. Según él, a diario se entregan de 4 a 5 citaciones a los conductores que no cumplen con la Ley. Muchos son adolescentes.


“A pesar de los operativos de control, de las citaciones y sanciones económicas, la gente irrespeta las leyes de tránsito. Falta concienciación”, reseña Cerna.


Sobre este asunto, entre enero y julio de este año, en el Juzgado Cuarto de Tránsito de La Maná se ventilaron 1 170 causas por contravenciones de tránsito consideradas leves y graves.


“Los motociclistas circulan sin chaleco, casco, licencia o matrícula. Conducen en estado etílico. También hay muchachitos que se ponen tras el volante con la autorización de sus padres y corren peligro”, dicen los funcionarios.


En la actualidad, la moto marca una tendencia en La Maná. Así cree Carmen Lovato, jefa de Atención al Cliente en la ANT.


“La matriculación de motocicletas aumentó este año. Por eso tratamos de atender primero a los habitantes del cantón para evitar la escasez de material. El resto de los usuarios viene de Valencia, Quevedo, Ventanas, Buena Fe, Balzar y Pangua.


Entregamos los chalecos con identificación para evitar accidentes y para impedir que se utilicen las motos en asaltos y en sicariato”, dice Lovato.


En La Maná viven alrededor de 40 000 personas. El 10 % se moviliza en motos.


Por eso el Municipio, con el apoyo del Consejo Cantonal de la Niñez y la Adolescencia, busca aprobar una Ordenanza que regule y evite que los menores de 17 años conduzcan las motos.


En tanto, Ney Macías, morador del barrio Las Acacias, prefiere el vehículo de dos ruedas. Conduce una Daytona de 125 centímetros cúbicos, que compró hace 15 días en USD 900. Todos los días sale de su casa y se dirige al recinto San Pedro, donde trabaja.


“El bus me dejaría en la vía principal, luego tendría que caminar 15 minutos. Pero con mi moto llego en la mitad del tiempo”.


A Héctor García le molesta ponerse el casco. Dice que el calor es insoportable. “Es como un horno. Por eso casi no lo tomamos en cuenta”, comenta este estudiante universitario dueño de una moto Zanya que utiliza para ir a clases.


En tanto, en los cinco almacenes de electrodomésticos ubicados en el centro de la ciudad, la venta de motocicletas es un buen negocio. En cada local se venden de 4 a 5 motos al mes.


José Ledesma, gerente de Comercial Dávila, explica que las motos se volvieron parte de la movilidad familiar. “La gente las prefiere porque ingresan adonde sea, consumen poco combustible y se las puede comprar a crédito con cuotas cómodas”.


Modelos para todos

En el cantón La Maná, una persona puede comprar una motocicleta con una entrada de USD 50 y el resto a 18 meses plazo en cuotas fijas. Los precios varían entre USD 900 y 2 500.


Los habitantes se movilizan en motocicletas importadas especialmente de China. Hay marcas como Jiansher, Danya, Oromoto, Pegasso, Honda y Sukifi.


La gente prefiere las motos a los carros por el bajo consumo de combustible y porque pueden parquear las con facilidad.


Punto de vista
Homero Angamarca / Procurador síndico

'Los padres no miden los riesgos'


Los padres entregan las motocicletas a los hijos menores de edad, sin darse cuenta de los riesgos que correrán en las calles.


Los jóvenes, por la adrenalina y la aventura propias de la juventud, aplican velocidades que están fuera de Ley. Esto causa accidentes automovilísticos que dejan heridos y muertos.


Por eso, planteo a través del Consejo Cantonal de la Niñez y la Adolescencia gestionar la aprobación de una Ordenanza en el Concejo Cantonal, para impedir que los adolescentes conduzcan motocicletas.


Esta Ordenanza también exigirá el uso de un chaleco con los números de identificación de quien conduce. Además, trataremos de que se busque otro tipo de casco para la protección, porque el actual cubre el rostro del usuario y del acompañante. Eso ayuda a los delincuentes para que no se los identifique. El proyecto se presentará próximamente.

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